viernes, mayo 27, 2011

El opio y los escobazos.

Dejaré de lado la habitual temática frívola del blog para hacerme eco de lo que está pasando en España durante las últimas semanas, y en concreto, de los hechos de hoy en Barcelona. Dadle al play, que así os vais calentando.



Los ciudadanos que acampaban como protesta pacífica en Plaza Cataluña han sido desalojados y golpeados brutalmente. Además, los servicios de limpieza se han llevado todos los materiales (material de acampada, mesas, pancartas, comida, etc.) que formaban parte del campamento y que les permitían resistir y organizarse. El motivo, según las autoridades: retirar todo material que pudiera afectar a la salubridad y la seguridad en la zona de cara a las probables celebraciones con motivo de una hipotética victoria del Barça en la final de la Champions mañana sábado.

Es decir, que han decidido "limpiar" la zona con la excusa del fútbol. Y seguro que el concepto de limpieza estaba en la mente de las autoridades. Para eso han enviado a una brigada de basureros y a una tropa de valientes policías poseídos de una ardiente voluntad higiénica. Vean en la foto qué curiosas escobas portaban.


Basura material, basura humana. Queda muy claro en qué categoría semántica el estamento político encasilla a los ciudadanos insumisos y poco dóciles. Hay que retirar la basura, para que el buen ciudadano pueda tomar su dosis de opio y se olvide de utopías, ... no se nos vaya a poner flamenco.


Aaaah...  qué bonito oficio el de policía antidisturbio! Te vas a la cama con las manos manchadas de sangre sabiendo que has defendido la justicia y el civismo. Putos psicópatas. Una vez leí que el perfil psicológico del delincuente y el del policía son exactamente el mismo. Haceos a la idea de que éstos son la extensión física, real y palpable de aquellos que gobiernan. Son las manos de los mismos que aparecen sonrientes pidiento tu voto en nombre de la democracia.


Podéis indignaros mucho, desde luego, ...y más que os harán indignar. Os indignaréis tanto que os atragantaréis con la bilis y cambiaréis el color de la cara por un rojo encendido. Y aun así veréis al uniformado partirle el brazo al compañero y veréis cómo arrastran por los suelos a vuestras mujeres, y de nada os servirá la indignación. A menos que la transforméis en rabia. RABIA, joder!!!

O eso, o mejor volved a casa y ved tranquilamente el fútbol. La revolución no se hará con canciones ni juegos malabares, ni mediante el libre ejercicio de la palabra del pueblo en asambleas improvisadas, ni portando flores en la cabeza o en las manos. No:

SANGRE Y FUEGO! MUERTE Y DESTRUCCIÓN!

Esos son los únicos argumentos que los poderosos entienden desde los tiempos de Luis XVI. Si estamos hablando de cambiar todo el sistema, más vale que estéis preparados, porque eso es lo que os espera. Ya habéis podido probar un sorbito.


En fin... mañana podremos comprobar si el fútbol es o no el opio adormecedor del pueblo. Ojalá fuera speed, o coca...  pero no, lo más seguro es que sea opio.